Dijo alguna vez Albert Camus (1913-1960) que sabía de muchas personas que se quitaban la vida, porque consideraban que no tenía sentido vivirla, y que, por lo tanto, el sentido de la vida debería ser considerado como un tema de vital importancia.  Mucho antes, Carl Jung (1875-1961) había definido algunas neurosis como el sufrimiento del alma que no había descubierto su significado. Y tantos otros han percibido una relación estrecha entre el sentido de la vida y la posibilidad de vivirla plenamente.

La intención de esta mesa es reflexionar, con colegas invitados, sobre la relación que existe entre la vivencia del vacío / sentido de la vida y la autoestima.  El desarrollo de la mismidad (entendida como la maduración de habilidades intrapersonales e interpersonales, el desarrollo del sí mismo, la consciencia) ¿en qué medida es condición necesaria para descubrir el sentido? Una cultura que parece favorecer la condición de ser “uno más”, en lugar de ser “uno mismo”, ¿ayuda a la persona a descubrir sentido o la expone a la vivencia del vacío?

El “sí mismo” (como expresión espiritual de la autoestima), y el “sentido de la vida (como expresión auténtica de la propia identidad personal, porque la vida de cada uno se define por el sentido que cada uno descubre para sí mismo), guardan una relación íntima, que pretendemos comprender, a partir de la reflexión con los colegas invitados.